La Liga Nicoleña y los árbitros, un conflicto que todavía espera resolución

Por Fernando Mengarelli

 

En los últimos tiempos, el fútbol nicoleño se vio envuelto en un conflicto entre la Liga Nicoleña y los árbitros de la ciudad, que todavía no se solucionó definitivamente y que obligó a recurrir a árbitros de Rosario, Pergamino y San Pedro para poder llevar a cabo el desarrollo normal de la Liguilla y de los demás certámenes.

El primer eje de conflicto se dio cuando el Comité Ejecutivo presidido por Oscar Bosoletti decidió prescindir de los servicios de Juan Carlos y Mariano González, instructores del Colegio de Árbitros de la ciudad desde hace 7 años. Según las autoridades de la Liga, quejas constantes de los clubes por los flojos arbitrajes, sumado a una serie de cambios que no se dieron, llevaron a tomar la decisión.

Por el contrario, Mariano González, adujo su sorpresa por tal decisión, ya que 15 días antes habían sido confirmados en el cargo, afirmando que desde hace tiempo vienen sufriendo atropellos por representantes de los clubes, sumados a varias cuestiones no resueltas.

En el medio de todo esto, Mariano González fue designado el representante regional del Sindicato Independiente, que a nivel nacional tiene como referente a Sergio Pezotta. Fueron 15 árbitros que decidieron dar el paso al costado y pasar al Sindicato, en búsqueda de mejores condiciones laborales y económicas.

Tras una reunión de ambas partes, y tras la firma de un acta, donde la Liga accedió a algunos de los pedidos de los juecece, el tema se solucionó parcialmente, y se pudo jugar la última fecha de la etapa clasificatoria del Torneo Fabián Daniele.

Sin embargo, a pocos más de dos días para jugarse los cuartos de final de la Liguilla, 6 de estos árbitros decidieron bajarse y no dirigir estos encuentros, lo que agravó el conflicto. La Liga Nicoleña recurrió a árbitros de Rosario, Pergamino y San Pedro y se pudieron llevar a cabo los partidos, pero el conflicto se agravó, con casi nula la posibilidad de dialogo entre ambas partes.

De hecho, hoy por hoy, toda la actividad de la Liga Nicoleña en cuanto a encuentros está siendo cubierta por jueces de la reunión, y los renunciantes ya no volvieron a dirigir en la Liga.

En los últimos días, hubo un acercamiento y posterior reunión entre Bosoletti y Pezzota, no así con González, que además reclama una deuda de la Liga para el y su padre de $ 450.000, donde se limaron algunas asperezas.

La Liga Nicoleña se comprometió a acercar una idea de acuerdo, con una mejora en lo económico y en algunas condiciones, lo que allanó el camino, y ya el pasado fin de semana, tres árbitros disidentes arbitraron en la Copa Nicoleña.

Bosoletti confía en llegar a una solución de fondo y que estos árbitros puedan dirigir no solo la fase final del torneo Fabián Daniele sino también sino el próximo certamen, que arrancará el 8 de mayo.

De todas maneras, un conflicto de poderes, donde están mezclados intereses de unos y otros y que todavía no tiene resolución, pone en jaque a los torneos del fútbol nicoleño, independientemente de las soluciones de momento.

Debería primar el interés común, que logren los árbitros mejoras en el desarrollo de su trabajo, pero con un control que deberá realizarse de la formación y rendimiento de estos jueces, que en los últimos tiempos, no estuvieron a la altura de lo que se necesita.

El fútbol nicoleño tiene que apostar a crecer, a consolidar su estructura en todos los aspectos, y con estas situaciones, no hace más que emparejar hacia abajo, en un momento donde es necesario el aporte de todos.