Por el Lic. Juan Carlos Bregy
Quienes elegimos trabajar en y para la Educación, sabemos que ello no solo es algo que tiene que ver -meramente-con lo laboral. Es, definitivamente, una elección de vida.
Tenemos en claro que no somos ni mejores, ni peores que nadie; solo que nuestra misión como educadores tiene un componente de compromiso muy grande.
Y ese compromiso es vasto: no solo está centrado en nuestra responsabilidad al estar formando a jóvenes, también lo es con una postura, decidida, por la promoción de los Derechos Humanos, por el trabajo activo para generar mayor equidad, por la preservación del medio ambiente, por la revalorización de la cultura juvenil…y por creer firmemente, en que nuestra tarea no termina solamente en nuestro rol docente; sino más bien, comienza allí para trabajar con un objetivo bien claro como lo es el desarrollo de las potencialidades que tienen cada uno de nuestros alumnos y a través de ellos llegar a quienes con ellos conviven en el lugar que habitan y que a diario se interrelacionan con nosotros a través de la Escuela.
Solo si tenemos esa mirada integradora podremos, también, entender que este rol que hemos elegido para nuestra vida implica que si asumimos nuestra diaria labor con esa dosis de compromiso necesario no solo estaremos implicados en un hermoso trabajo de promoción comunitaria; sino que nos sentiremos más plenos, más completos, más realizados…al ver que entre todos vamos construyendo un futuro mejor para los que vienen, pero también para nosotros mismos.
En los últimos tiempos, desde algunas estructuras de Equipos de Trabajo Educativo- Comunitario en Europa (quizá buscando una alternativa más humana para salir de las diferentes crisis que los han ido azotando más allá de la pandemia y de los distintos conflictos bélicos) se comenzó a utilizar mucho un nuevo término, que es una conjunción de dos palabras; ese término es compromoverse.
Algunos, simplifican su definición como “colaboración en movimiento…”; otros hablan de “colaboración y unión de nuestros talentos, capacidades para aquello que nos moviliza y nos llena de esperanza…”; están quienes plantean que el compromoverse es “comprometerse para mover la creatividad hacia un desarrollo diferente…”.
Más allá de las definiciones, está claro que en Europa o en nuestro país o en cualquier rincón del mundo ya no alcanza (solamente) con el talento, con el emprendimiento a nivel individual y en beneficio de unos pocos.
Quizá, sea el comienzo de la muerte del individualismo. Quizá sea este el momento de entender que no solo hay que luchar o preocuparse por “mis” derechos como ciudadano/a, sino que es hora que “me preocupe y me ocupe” también por mis responsabilidades.
Rosser Batlle (una Promotora del Aprendizaje Servicio en España) plantea claramente que “…aunque el trabajo aislado y endogámico pueda parecer más operativo y algunas veces más eficaz que el trabajo comunitario y colaborativo, cooperar es un acto de empatía porque, aparte de inteligencia, necesita de un plus de afectividad y generosidad. Cooperar entre todos -comprometidamente- es dar un paso más, es ponerse a trabajar codo a codo, compartiendo un mismo proyecto, aunque cada parte asuma lo que le toca. Uno colabora porque quiere, porque le encuentra sentido, por deseo de trascendencia…”.
Quedándonos en Europa, también leemos al catalán Josep Lagares quién, tajantemente, define “El compromiso sin acción es estéril, la acción sin compromiso es intranscendente…” y quizá allí esté el nudo de la cuestión: estos son tiempos donde hay que hacer más que decir; tiempos en que el discurso debe dejar lugar a los hechos para que la promoción y el desarrollo comunitario alcance a todos y sea -realmente- para todos.
Aún queda mucho por hacer; sobre todo desde cada Escuela, desde cada Aula, desde cada Maestro…
“En la vida no hay soluciones, sino fuerzas en marcha. Es necesario crearlas y las soluciones vienen por sí solas” (A. Saint Exúpery)
- Juan Carlos Bregy es:
Licenciado en Calidad de la Gestión Educativa – Egresado de la Universidad del Salvador
Diplomado en «Investigación y Producción Didáctica en la Formación por Alternancia»
por la Universidad “San Carlos” de Guatemala.
Cursó el Posgrado sobre «Teoría y práctica del aprendizaje inclusivo y efectivo en el aula a través del enfoque basado en aptitudes y sus niveles de desempeño» U.C.A. (Argentina) – Escuela de Educación del Alverno College (Milwaukee, Estados Unidos)