Fue distinguida «por su combate contra la opresión de las mujeres en Irán y su lucha por promover los derechos humanos y la libertad para todos».
El premio Nobel de la Paz fue otorgado este viernes a la activista iraní Narges Mohammadi, quien actualmente se encuentra encarcelada en Teherán. El jurado la distinguió «por su combate contra la opresión de las mujeres en Irán» y «su lucha por promover los derechos humanos y la libertad para todos».
«Su valiente lucha ha tenido un tremendo costo personal. En total, el régimen la ha detenido 13 veces, la ha condenado en cinco ocasiones y la ha sentenciado a un total de 31 años de prisión y 154 latigazos«, declaró Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité Nobel noruego en Oslo
Mohammadi, periodista y activista de 51 años, dedicó su vida a defender los derechos humanos en su país, oponiéndose al velo obligatorio o a la pena de muerte.
El Comité explicó que el premio de este año «también reconoce a los cientos de miles de personas que el año pasado se manifestaron contra las políticas de discriminación y opresión del régimen teocrático de Irán contra las mujeres».
Tras enterarse de la noticia, la familia de Mohammadi destacó que el premio marca «un momento histórico e importante para la lucha por la libertad en Irán».
«Dedicamos este premio a todos los iraníes y, en especial, a las mujeres y niñas iraníes que han inspirado a todo el mundo por su valentía y su lucha por la libertad y la igualdad«, agregó la familia en un comunicado.
Quién es Narges Mohammadi
Nacida en 1972 en Zanyán, en el noroeste de Irán, Narges Mohammadi estudió Física antes de volverse ingeniera y se inició paralelamente en el periodismo, trabajando para diarios reformistas.
En los años 2000 se unió al Centro de Defensores de los Derechos Humanos, fundado por la también Premio Nobel de la Paz iraní Shirin Ebadi y del cual es hoy vicepresidenta, luchando entre otras causas por la abolición de la pena de muerte.
En su libro «White Torture» (Tortura blanca), Mohammadi denuncia las condiciones de vida de las prisioneras, especialmente en aislamiento, abusos que ella misma afirma haber sufrido.
Entre mayo de 2015 y octubre de 2020, fue encarcelada por haber «formado y dirigido un grupo ilegal», instando a abolir la pena capital y fue condenada de nuevo en mayo de 2021 a 80 latigazos y 30 meses de detención por «propaganda contra el sistema» y «rebelión» contra la autoridad penitenciaria.
En noviembre de 2021 fue detenida cerca de Teherán, donde asistía a una ceremonia en memoria de un hombre muerto en 2019 durante una manifestación contra el aumento del precio del combustible.
La periodista fue condenada por última vez en enero de 2022 a ocho años de prisión y 70 latigazos.
Según Reporteros Sin Fronteras, Mohammadi, encarcelada actualmente en la prisión de Evin en Teherán, es objeto de «un hostigamiento judicial y policial para silenciarla». Pero su determinación no cede pese a las torturas que asegura haber sufrido.
El 16 de septiembre, ella y otras tres prisioneras quemaron sus velos en el patio de la cárcel, conmemorando el aniversario de la muerte de Mahsa Amini, según cuenta su familia en una cuenta de Instagram.
Amini, una kurda iraní de 22 años, murió tras ser detenida por vulnerar presuntamente el estricto código de vestimenta para las mujeres, desatando un amplio movimiento de protesta en la República Islámica.