El día que Mauricio Macri jugó para que Sergio Massa entre en el balotaje

Sergio Massa dio un batacazo electoral y se convirtió en el ganador de la elección presidencial del domingo. A partir de la combinación de los atributos de firmeza y diálogo, apoyado en un esquema de gestión 24×7 y un paquete de medidas destinado a oxigenar los bolsillos de la clase media, trabajadora y sectores informales en medio del aún ascendente proceso inflacionario.

Pero el triunfo de Unión por la Patria se explica también en base a sus adversarios y el rol fundamental que tuvo Mauricio Macri para demoler, de manera casi obsesiva, la competitividad electoral de Juntos por el Cambio.

¿Javier Milei buscará ahora un acuerdo con Patricia Bullrich después de llamarla montonera asesina? ¿Se acercará de la mano de Mauricio Macri a los viejos meados? Con rigor de ingeniero, Mauricio Macri se encargó primero de erosionar a Horacio Rodríguez Larreta como candidato presidencial. No sólo le intervino electoralmente el distrito sino que también le puso a Patricia Bullrich a competir como jefa del PRO, su partido fundacional.

En la campaña, y antes también el ex presidente se encargó de diseñar una demolición por etapas de Juntos por el Cambio. Denostó públicamente a los radicales, los principales socios territoriales de Larreta en la coalición opositora, con especial encono hacia Gerardo Morales, compañero de fórmula del jefe de gobierno porteño y gobernador de Jujuy. Desde el rencor a sus socios de Juntos, Macri fue funcional a Unión por la Patria desde donde invisibilizaron estratégicamente el peso de Cristina Fernández de Kirchner en la campaña para dejar expuesto el ánimo rupturista del fundador del PRO.

Macri sacó de competencia a Larreta y en ese momento sembró el germen del proyecto presidencialista de Massa que se cristalizó anoche a pesar de la crisis económica, del índice de 40% de pobres y de una inflación anual proyectada en 138%. El ex presidente le liberó así al candidato de Unión por la Patria la ancha avenida del medio y le permitió adueñarse del discurso anti grieta en medio de un exasperado clima de violencia política con amenazas de muerte en la campaña y un atentado contra Cristina Fernández de Kirchner televisado en directo.

En su segunda fase de demolición de la principal coalición opositora, Macri nuevamente con rigor de ingeniero, dejó aislada a Patricia Bullrich y se acercó a Javier Milei de manera explícita. Compartió desde terminales para recaudar fondos de campaña hasta ejes discursivos. Licuó a Patricia y su perfil «halcón» dejándola sin brújula política en el tramo más sensible de la campaña.

Se fue a jugar al bridge en medio de la campaña, y hasta ofreció desde Harvard a los legisladores nacionales de Juntos como colectora parlamentaria de Milei en el caso de que el candidato de La Libertad Avanza llegue a la presidencia. El apoyo de Macri no fue inocuo. Anoche Milei se convirtió en el nuevo jefe de la oposición con un bloque en la Cámara de Diputados de casi 40 legisladores mientras que Juntos perdió 32 diputados de 55 que ponía en juego.

Mauricio Macri deberá enfrentar ahora un complicado escenario. Aún más complicado que el de Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. Aislado y luego de demoler todos los puentes interno, el ex presidente deberá buscarse un futuro político afuera de Juntos por el Cambio. Javier Milei lo espera con los brazos abiertos cada vez más lejos de sus antiguos socios.

Derrotado ante La Cámpora, el saliente intendente de Juntos en Olavarría, Ezequiel Galli, fue el primero en dar por terminado el ciclo de Mauricio Macri en Juntos por el Cambio: «Claramente Mauricio Macri no es más el líder ni en referente de JxC. Argentina eligió y claramente fue en un sentido opuesto a lo que venimos proponiendo», escribió en su cuenta de Twitter.