¿Puede gobernar la Argentina un hombre que habla con su perro muerto?

Esta peculiar conexión fue expuesta por Juan Luis González, autor de «El loco», un libro que arroja luz sobre la vida y las creencias del economista que hoy está a un paso de convertirse en el Presidente de todos los argentinos.

La relación entre los seres humanos y sus mascotas es una de las más puras y leales que existen. Y cuando un compañero se despide de este mundo, su recuerdo y su influencia pueden seguir siendo fuertes. Pero en este caso puntual de Milei,  la conexión con su perro Mastín Inglés, Conan, ha trascendido los límites convencionales. 

La labor de una médium en este contexto involucra la apertura de canales de comunicación con los seres queridos que ya no están en este plano terrenal. Si bien el concepto puede resultar desconcertante para algunos, es un fenómeno que ha sido explorado por muchas personas en busca de consuelo y conexión con aquellos que han partido.

La médium actúa como un intermediario entre el mundo físico y el espiritual, canalizando energías y mensajes para que puedan ser transmitidos. En el caso de los perros fallecidos, la médium podría sintonizarse con la energía del animal y facilitar una conversación con su dueño, como una suerte de puente entre dos dimensiones.

Eso no es todo. La compañía estadounidense «PerPETuate» tiene en su home a Conan, la mascota de la que el candidato a presidente habla como si estuviese viva.

Conan, el perro/hijo de Javier Milei, murió en el 2017. Esa fue una revelación del libro “El Loco”, un hecho que el libertario hasta el día de hoy no reconoce, pero le agradece a su mascota fallecida en la mayoría de sus dicursos, como hizo en la noche en que ganó las elecciones primarias.

Sin embargo, su extraña versión de los hechos ahora se vio deschavada por la propia empresa en la que mandó a hacer los clones del perro. Es que “Perpetuate”, la compañía estadounidense a la que el economista le pagó 50 mil dólares a cambio de sus cuatro “nietos” -como los llama-, rediseñó su página luego del 13 de agosto. Y abre su home haciendo publicidad con una foto de Milei y su “perro muerto” Conan.

“Doctor Javier Milei, ganador de las elecciones primarias de Argentina de agosto, le dedicó su victoria a Conan, su perro fallecido, y a los cuatro clones que se produjeron por las células preservadas por Perpetuate”, dice la empresa ni bien se abre su sitio. Y hasta adjuntan una foto del mastín inglés de Milei, del 2014 –donde el animal ya aparece viejo y con varias canas- y de tres de las copias de este, cuando aún eran cachorros.

Algunos dirán que toda esta historia, en definitiva, pertenece al plano privado de la vida de Javier Milei. Cada uno tiene derecho a amar a sus mascotas, incluso luego de fallecidas. Y seguramente no será el único que dice entablar contacto extra-terrenal con ellas. Sin embargo, cuando alguien se postula a la presidencia de un país, este tipo de cosas pasan a otro nivel, porque demuestran la personalidad de quién se está postulando para el cargo. Convengamos que no es muy normal entablar comunicación con un perro muerto, y tampoco es habitual pagar 50 mil dólares para clonar a ese perro y que se reencarne en otras cuatro mascotas iguales.

Hay millones de argentinos que el 19 de Noviembre deberán decidir -en balotaje- quién gobierna la Argentina por los próximos cuatro años. Y la pregunta surge entonces inevitable: ¿Podrá gobernarnos bien alguien que habla con su perro muerto?